Lex se quedó en clase cuando sonó el timbre, mientras todo el mundo salía al recreo. Cogió el último libro que había comprado el día anterior, pegó la mesa a la pared, y se sentó en ella. Encendió el reproductor del móvil, se puso sus grandes cascos y se dispuso a pasarse veinte minutos enfrascada en las aventuras de la protagonista del libro. No se dio cuenta de que alguien había entrado hasta que él se colocó a su lado.
- Joder, que quieres? – dijo antes de fijarse en quien era. El chico en cuestión era aquel chico del otro día, el de la libreta en el árbol, que sabía su nombre.
- Pasé por aquí, te vi, y decidí entrar a hacerte compañía.
- Oh, bien, pues como puedes ver, quiero estar sola, asique ya puedes irte, no me hace falta nadie aquí.
- Venga Lex, que conmigo las borderías no funcionan.
- Como coño sabes mi nombre? No deberías saberlo.
- Te crees que la gente no te conoce? Me han contado muchas cosas sobre ti y el tal David.
Lex se apartó bruscamente con la mención de su antiguo compañero. Sus puños se cerraron con fuerza, y se mordió el labio hasta sangrar, y, cuando consiguió calmarse, intentó hablar, pero el nudo de la garganta no dejaba avanzar sus palabras. Él se colocó a su lado y, con un dedo, le obligó a levantar la mirada. Cuando vio sus ojos llorosos, soltó un gran taco, en voz alta.
- Eh, lo siento, no debí haber dicho nada. Va, comencemos de nuevo.
- Y para qué? No tengo el más mínimo interés en conocerte.
- Puede que lo tengas en el futuro. Soy Xiao.
- El gallego? – no era una cotilla, pero a principio de curso no dejaban de escucharse a las chicas hablando del chico que se había mudado desde Vigo, y las apuestas sobre quien lo conseguía antes se habían sucedido hasta que, como siempre, apareció otro tema nuevo de conversación.
- Oh, entonces ya me conoces.
- Sí, bueno, se suele decir que la fama precede a las personas.
- Te pasarás todo el día con las ironías? Porque entonces, me voy a divertir muchísimo contigo todos los días.
En ese momento sonó el timbre y quedaron los dos mirándose, Xiao sonriendo mientras Lex tenía los músculos tensos. El se acercó y le besó la mejilla derecha, justo cuando comenzaba a entrar la gente a clase. Y le dio con un dedo en la nariz mientras decía.
- Nos vemos en el recreo siguiente vale? Espérame aquí.
Y se fue sonriendo mientras que toda la clase se la quedaba mirando. Y no, no entendía nada de lo que había pasado, pero a Lex le habían aparecido unas mariposas en el estómago por ese futuro encuentro de dos horas después.
2 comentarios:
Ai ai ai ai, qué amor ♥
Jajaja que cool y romantico
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