#

viernes

Que libre guerras tu puta madre.

Cerró los ojos, dejándose abandonar al cansancio. La herida del costado le escocía, pero no podía hacer mucho por ella salvo apretarla con fuerza para intentar detener la hemorragia. Joder, como dolía, cojones. Se mordió el labio mientras mantenía los ojos cerrados, para evitar dormirse, ya que el dolor del corte le hacía dormirse aún sin quererlo. Al momento escuchó ruído unos pasos por detrás de él, asique se levantó rápidamente y corrió sin hacer ruído hacia el edificio situado enfrente, colocándose en una de las esquinas, donde podía tener acceso visual a toda la zona, intentando controlar quien era su atacante.
Sin embargo, todo lo que pudo ver fue a una mujer cruzar la calle sin tener ni idea de lo que allí sucedía. Morena, de esas típicas mujeres que no tienen nada especial pero algo te obliga a echar la mirada atrás y observarlas en todo su explendor. Y, pensando en como se sentiría su cuerpo pegado al de él además de la intención de apartarla del fuego cruzado, se lanzó hacia ella a la carrera, cogiendola por la cintura.
BANG.
Mierda. Corrió como pudo, pudiendo ver como la sangre corría por su muslo, goteando con fuerza en el suelo. Venga, vamos, solo tengo que llegar al bosque, pensaba. Pero las heridas y la mujer no permitían que pudiese apurar todo lo que quisiese. Menos mal que ella no se había puesto histérica y contribuía a su intento de salvación. Llegaron al bosque, internándose en él todo lo más profundo que pudo, y al dejarla en el suelo le dijo.
- Ahora tendrás que caminar, no puedo aguantar mucho rato más contigo...
Y la oscuridad se cernió sobre él.

1 comentario:

galmar dijo...

Que las pistolas solo disparen flores:))) boas noitessss como decimos en mi tierra y feliz finde:)) muacsssss