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jueves

El acelerón se escuchó por toda la calle, y los gritos de la gente mientras él pisaba a fondo el acelerador del coche por la carretera, ahogando los golpes y gritos que se sucedían a su alrededor. Y solo veía sus manos, llenas de sangre, el resto de la gente, goteando sangre por sus caras, el coche lleno de sangre, sintiendo las ruedas pasar por encima de ese chico, una y otra vez, sin descanso. Otra vez la carretera y sus puñeteras curvas, los malditos barrancos llenos de piedras y de árboles, con tojos y un regato, y cadáveres sangrando por toda su extensión. El pie no se levantaba del acelerador, los ojos rojos y dilatados, los detalles viéndose doble, mil manchas de sangre por la carretera, mil frenazos. Y frenó, se bajó del coche y volvió a agarrarse a la valla, como aquella noche, y echó el poco contenido de su estómago. La sangre seguía viéndose en sus ojos, y las arcadas seguían. Y al mirar al lado lo vió, el chico, tirado en la misma posición, la mano en el cuello como si le hubiesen ahorcado, la sangre manando por su frente, por sus ojos, por sus oídos, la mueca de dolor, la mancha más grande en el suelo, el cuerpo en una posición extraña. Y otra vez pasó de todo, volvió a mirarse las manos y las vió llenas de sangre, irritadas, rojas, y se subió al coche, aceleró, y no hizo caso de curvas o barrancos por la carretera, mientras el chico aparecía en cada esquina, la sangre seguía corriendo, no había ningún sitio donde la sangre no estuviese deslizándose, sus manos se volvían más rojas conforme apretaba el volante, el pie que pisaba el acelerador cada vez apretaba más. Y volvió a arroyarle, la sangre salió por su frente, por sus oídos, por sus ojos, y la mano en el cuello, como si se hubiese cortado y la sangre manase sin control, por sus manos, la camisa llena de sangre, corriendo por su cuerpo, por el coche, por la carretera, por las curvas y sus barrancos.


(El relato es mucho más extenso, para un
concurso de relatos de "terror" de mi
instituto, pero no sé la manera de colgarlo
en ningún lado para que se pueda ver sin 
ser aquí. Au revoir.)

2 comentarios:

Mayra dijo...

Sería interesante terminar de leerlo; de todas formas, creo que el "El acelerón se escuchó por toda la calle, y los gritos de la gente mientras él pisaba a fondo el acelerón" no tiene... bueno, a mí no me gusta demasiado.
Pon la continuación, o pásamela por e-mail(super confianzuda, yo.)

Kirtashalina dijo...

Me ha gustado mucho esta parte, espero que la privada sea igual de interesante =)
Te importaría pasarte por mis blogs? Acabo de hacerme seguidora tuya y me encantaría que hicieras lo propio con mis blogs, y que si tuvieras tiempo, leyeras y comentaras algo de lo que escribo ^^

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