domingo
Solo se tiró para destrozar la tranquilidad del agua con sus nervios.
Me bullía el corazón a más de cien grados, a punto de derretirse de tanta ebullición, pero seguía mirando como el agua estaba completamente tranquila, que las olas parecían más sonrisas que olas en un río profundo y peligroso. Y tal vez ese río se parece a ti, que siempre pareces un rico pastel al que poder hincar el diente y disfrutar de su sabor, y en realidad eres como un erizo con las púas escondidas esperando a que alguien te toque, que aún tengo las heridas de tus pinchazos y les hago cura con sonrisas robadas cada día. Y me tiré para acabar con tanta tranquilidad, porque no me gusta ver calma cuando yo tengo sobre mi tempestades. Como aquella vez en el río, ¿recuerdas lo que me dijiste al marchar?
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6 comentarios:
que mañana será otro día para compartir.
Esas palabras nunca se podran borrar.
me ha gustado mucho mucho, en especial lo del erizo
un beso! :)
¿guapa?
qué tío strapolifacético
me encantó que cerrases el final con una pregunta!
(y la foto de tu cabecera, no se si te lo he dicho antes, está muy bien!)
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