Ascoltami, io sono di te.
Él gritaba en sueños, como cada noche desde hacía un tiempo. Puse una mano sobre su mejilla, dejando que se calmara hasta abrir sus ojos, y que se diera cuenta de que no pasaba nada.
- Otra vez las pesadillas?
- Ya lo sabes, no dejan de aparecer.
Le abracé con fuerza, dejando mi cabeza apoyada sobre su pecho, sintiendo como su respiración y su corazon, hasta hacía un momento, ajitados, comenzaban a calmarse lentamente. Nunca me contaba que pasaba en esas pesadillas, pero ya hacía un tiempo que las tenía, y siempre pasaba lo mismo, gritaba en sueños cosas incoherentes, y hasta que yo no le despertaba, no dejaba de gritar. El acarició mi pelo lentamente, pasando sus dedos entre mis mechones y llegando a mi espalda, donde me dió una suave caricia. Continuamos asi, abrazados, hasta que nos quedamos dormidos, como siempre, uno en brazos del otro, sintiendo nuestra respiración acompasada.
sábado
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario