Sol atrapado.

Los labios se curvaron enigmáticamente, las mejillas se elevaron suavemente, y el hoyuelo del lado izquierdo apareció misteriosamente. Oh, tu sonrisa, esa sonrisa por la que daría la mía. Cuantas cosas puede significar. El primer vuelo de un polluelo, con el miedo de si sus alas será lo suficientemente fuertes, o se quebrarán como papel fino. El canto de un gallo por la mañana, con la suave brisa mañanera, y las suaves gotas de rocío en el pelo y la ropa, dejando su recién adquirido olor en tu cuerpo. La primera vez que la cometa se levanta, ese pequeño jadeo de placer del niño que lo consigue y que nunca se sentirá igual de orgulloso de sí mismo. Ese primer amanecer en la playa, con la toalla abrazándote y las risas escuchándose como telón de fondo. Ese primer roce de los labios en la muñeca izquierda, que te hacen temblar durante días. El primer lloro de un niño, seguido por la risa más maravillosa del mundo, el pequeño gorjeo que le acompaña. Toda sonrisa surgida de tus labios es una pequeña primera vez en el mundo, un pequeño golpe en el corazón, una sonrisa natural en mis labios. Témpano de hielo, tú mismo eres un sol atrapado