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martes

Reflexiones del interior.

Fá es la chica dura por excelencia. Le gusta caminar con los cascos puestos, tarareando las canciones fuertemente por las carreteras, mientras los coches pasan a su lado, y ella mueve las manos al son de la música. Le gusta sentarse en su ventana y rozar con las yemas de los dedos las hojas espinosas de su acebo. Nunca tiene recogida la habitación, nunca sabes que puedes encontrarte entre las camisetas. Es una adicta a las compras, aunque después se arrepienta de haber gastado tanto. Ama los columpios, y sobre todo, ama los peluches como a nada. Puede pasarse toda la noche abrazada a uno de ellos, generalmente a su enorme oso color chocolate, regalo de su primo pequeño en su dieciséis cumpleaños. Adora que cada año, por Pascua, le sigan regalando huevos de chocolate. Es capaz de pasarse todo un día abrazada a su mejor amiga, solo a su mejor amiga. Adora bailar con ella en las fiestas, y también cantar a dueto las más inverosímiles canciones. Suele soñar con cosas realmente surrealistas, que hacen que sonría cada vez que le acuerdan. Tiene un mejor amigo a miles de kilómetros de ella, y cada día le duele más que él esté tan lejos. Es extremadamente solitaria, aunque se sienta perdida en tanta soledad. Se agobia muchísimo cuando hay mucha gente, lo que le hace cortarse a la hora de actuar, y le provoca unas migrañas horribles. Adora pasarse las horas con el lápiz en la mano, la libreta amarilla, y la música de fondo, mientras escribe o simplemente hace un par de pequeños dibujos. Suele fingir que todo está bien. Cuando le pasa algo, sonríe, para que nadie pueda preguntarle qué pasa. Si tiene broncas en casa, como sucede a menudo, se refugia en sus textos, y parpadea como loca durante horas para controlar el llanto. No le gusta llorar, por ello lo evita, aunque ella misma sabe que después de llorar se siente infinitamente mejor. Cada vez que la insultan el corazón se le oprime, pero la sonrisa sale a reducir, y tal vez también un comentario mordaz, aunque después se pase horas con la mirada al infinito. Se le da de maravilla actuar, hacer como que es dura, cuando en realidad es lo más débil que alguien puede ser. Cuando algo va mal, sus labios sangran de tanto que los muerde. Sin embargo, sigue sonriendo.
Ast, al contrario, es todo lo distinta que puede a Fá. Es divertida, puede acallar a quien sea con solo un par de palabras. Le gusta abrazar y dar abrazos, o besos, a quien se le ponga por delante, nadie es diferente en cuanto a dar y recibir cariño. Le gusta conocer a gente nueva, se siente casi más cómoda con esas personas. Cuando está en una conversación seria se siente libre, puede actuar a su manera, sin fingir que es quien no es. Le encanta pasear, pisar las líneas del suelo como a una niña pequeña. Se hace la estrella, le gusta ser una de esas pequeñas brillantes del cielo. Tiene muchos amigos, y ahora tiene un novio maravilloso, que la cuida como a nadie, y que le da todo lo que necesita para sonreír. No baila casi nunca, es algo que no considera para ella, y mucho menos cantar. No se agobia entre gente, le gusta ser el centro de atención. Cuando está mal, es casi meramente incapaz de fingir, se le nota muchísimo que no está en un buen día. Puede viajar por todo el mundo con solo hacer un clic en su mundo. Y este está lleno de las personas que creen que realmente ella es genial. Simplemente, el claro contrapunto de Fá.

2 comentarios:

galmar dijo...

Un buen par! :) un biquiño grande:))

sgs dijo...

Bonitas personalidades. Algo que me ha sorprendido ha sido la de cosas en común que tengo con las dos. Sí. Ellas, tú, yo, somos corrientes. Gente. Pero gente diferente a la vez. Especial?
No te digo que no.
Besos