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martes

Las putas también tiene su corazón.


El teléfono sonó durante un buen rato hasta que ella fue capaz de levantarse a cogerlo, tambaleando debido al dolor de cabeza que tenía.
-          Emma, te vienes hoy a la fiesta de la playa?
-          Mmm, quien eres?
-          Joder, tía, ya te vale, soy Marco, o ya te olvidaste de mi tan rápidamente, gata?
-          No reconocí la voz, además, deberías conocerme, yo no me quedo con los nombres, me quedo con otras cosas más selectivas.
Y la verdad es que no reconocía a ningún Marco, la voz no le sonaba y el nombre no aparecía en sus recuerdos.  Y lo de gata…
-          Entonces te vienes o qué?
-          Me estás obligando? Además, estoy de resaca, hoy tengo ganas de meter el culo en cama y no en manos de algún tío.
-          Pues ayer en la cama no se te notaba mucha pinta de borracha, Em.
Trastabilló hasta caerse en el sofá, dándose de cuenta de que le faltaban muchos recuerdos del día anterior. Mierda, mierda, se repetía mentalmente, incapaz de saber que era lo que había hecho.
-          Sí, bueno, suerte tuviste, porque seguro que las ganas de potearte encima no me faltaban. Iré a la playa si tengo ganas.
Y colgó rápidamente, quedándose tirada en el sofá con la vista fija hacia el techo, intentando recordar. Había estado en el Quick con las chicas, pero no recordaba nada más, aunque tenía la ligera sensación de que no había llegado sola a casa. Y de repente se le vino a la cabeza la imagen de Ryan mirándola con asco mientras ella se iba de la mano de alguno de sus ligues. Definitivamente la cagó, pensaba mientras una lágrima corría por su mejilla, secándosela rápido, ya que ella no llora por nadie ni por nada.

5 comentarios:

galmar dijo...

ufff!

Sophie Scoop dijo...

muy bonito. Me ha gustado mucho el relato aunque es realmente triste.

Citrico Salado dijo...

Me gusto mucho, aunque opino lo mismo que Sophie,
es muy triste...
Besitos ^^

emilla dijo...

lo mas raro esque yo tmb me llamo emma

Unknown dijo...

Emociona, sin duda.