Que bonito el decir te quiero de verdad

Cuanto hacía que se conocían? Cuanto hacía de aquel primer día que habían pasado? Y ahora todo era más o menos igual, con sus perfecciones e imperfecciones, como en todos cuantos amigos habían conocido a lo largo de su -corta- vida. Ahora era lunes, y había pasado un fin de semana largo entre ellos, con una -pequeña- promesa rota, y con ganas -al menos por parte de ella- de algunos abrazos de esos de panda que tanto la hacían reir.
La noche anterior había desaparecido, pasando del mundo y pasando de la promesa que le había echo a él, aunque no solo por su propia voluntad, y al día siguiente había cerrado sus ojos para no ver si él estaba enfadado.
Y allí estaba ella, asomada al balcón de su habitación sin hacerle caso al mundo, con la música sonando a todo trapo y sonriendo al tiempo que tarareaba la canción que tanto le gustaba -me cansé de jugar a no quererte, si, te quiero- y tiritando a veces por causa de ese aire frío que le arrasaba las desnudas piernas bajo la falda vaquera. No escuchaba más que las sílabas de esa cantante y el arullo del viento, y se estremeció con fuerza cuando notó unos brazos por encima de los de ella, acariciandola suavemente hasta entrelazar los dedos de ambos. Ni siquiera necesitó girar la cabeza para saber de quien se trataba, y se recostó contra ese cuerpo masculino que si que conocía. Sintió los labios de él posados en la mejilla, muy cerca del oído.
- Pasaré otra noche contigo Bry, ya sé que tenía que ser ayer, pero estaba..
Y se calló ya que los labios de él se posaron sobre los de ella suavemente, un beso de esos rápidos, que a veces prometen más cosas, o que simplemente hacen sentirse bien, y querida.
- Tenemos tardes y noches hasta el fin de nuestras vidas, una menos no me preocupa mucho, pequeña.

Y la cogió en brazos, haciendole cosquillas suavemente mientras mordia su nariz con cariño, llevándola hacia la ducha, donde entre risas la sumergió bajo la agua fría.