Mi nariz ha registrado tu olor otra vez en la almohada, y he vageado más de diez minutos para no levantarme y seguir imaginando que seguías ahí. Creo que habría que parar ya esto, ¿eh?. Me estoy enamorando, el corazón ya está casi perdido en esta guerra invisible, y mi razón me dice que esta almohada, con el paso del tiempo, se convertirá en el mejor y más usado paño de lágrimas. ¿Y sabes que pasó al levantarme? Me encontré tu reloj en la coqueta de mi cuarto. Y si, me lo puse, y no me lo he quitado en todo el día. He suspirado como una adolescente en su primer amor cada vez que lo miraba, porque no hacía más que pensar en tus ojos mirándome y tus labios devorándome. Que no quiero enamorarme. O más bien no quiero saber que ya estoy irremediablemente enamorada.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
wow que bonito! :) un beso guapa!
Publicar un comentario