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viernes

Permiteme decirte que el verbo querer lo aplico contigo.

Cuando me invaden los problemas, cuando me quiero acostar, siempre me queda el consuelo de volver ya a nadar. (8)
- Sabes? Hacía mucho que no pasaba unos días tan geniales con alguien.
Él la abrazo suavemente desde atrás, apoyando la barbilla en el hombro de Ast, mientras le daba pequeños golpecitos a ella en la rodilla con los dedos.
- Pero quieres parar? Me pones de los nervios, eh?
- No era que me querías?
- No dije eso, flipado!
Lucah se rió con fuerza, abrazándola un poco más fuerte. Qué fácil era picarla, y que divertido resultaba.
- Te quiero enana.
- Ai, coño, idiota eres. Y ahora me vas a dejar hablar, no te permito que me interrumpas, va?
- Pero...
- Ni pero ni nada, déjame hablar. Te quiero, te quiero mucho, y no me gusta decirlo, porque parece ser que digo te quiero, y las relaciones se apagan y todo se esfuma, sabes? Y aquí me ves, diciéndote que te quiero, y te lo diría mil veces más. Que no parece que el tiempo haya pasado a tu lado, pero al mismo tiempo parece que hemos estado todo el tiempo así, al lado, hablando y riendo. Y llorando, que de eso también podemos saber. Y no sé, enano, no me gusta mucho expresar las cosas, pero me siento mazo... orgullosa de poder decir que soy tu amiga, de que ahora mismo sé que si un día te digo que te necesito ahí vas a estar, y eso me alegra, porque cuando tu recibes algo que tú misma intentas dar por otro... es genial, me siento genial con eso. Y que te voy a agarrar y que nunca te voy a soltar, y lo único que te pido es que me agarres tú bien fuerte, y jamás me dejes irme de tu ladico, enano.
Dicho esto Ast giró la cara, depositando un beso en la nariz de él, para después recostar la cabeza contra su pecho, sonriendo con los ojos cerrados, dejando que si él quería hablar, lo hiciese, pero sobre todo disfrutando del silencio entre los dos.

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