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domingo

Fácil de querer y desear, más fácil aún de olvidar.

Que ha dicho adios a todo, hasta a sus pequeños cactus dejados en el hueco entre las ventanas. Ha cerrado la casa con mil llaves, dejándolas bajo el felpudo para aquellas personas que quieran cuidar su vida, que ella la regala. Y así, sin nada tras de si y con menos por delante, sin llevarse una muda de ropa o un abrigo para las noches frías, deja la casa y la vida de ahora, de ayer, de mañana, para integrarse en la nada. Porque es cierto lo que dicen, cuando no hay corazón, no hay nada que merezca la pena explorar, asique ella se explorará a si misma, en la profundidad de la nada.

2 comentarios:

la chica de los lacasitos dijo...

con la cantidad de corazones que curiosear hay perdidos en el mundo, y algunos muy bonitos, por cierto.

:)

cuando vengas a madrid infórmame
ahora aquí nieva
ojalá nieve cuando vengas
es precioso

Ella dijo...

En la profundidad de la nada, pueden converger todos los puntos (: