viernes
Se me incha el corazón al quererte.
Le puse las orejitas y se las quitaba a manotazos, hasta que por fin vió el cordel de la cámara de fotos y se distrajo, viniéndose hacia mi para cogerlo. Se ríe como solo él sabe reirse, con esa parte de mi risa que él tiene, de algún modo tan divertida como bonita. Y abre sus ojitos antes de reirse, como un buho precioso, y después los achina, y se le pone un chiquito hoyuelo en la mejilla, justo en el mismo lugar que lo tengo yo. ¿Sabes algo más? También tiene el agujero de la barbilla como el mío, y cada día que va creciendo se le va notando más. Y después se pone a rodar por la cama, revolviéndome las sábanas e intentando gatear a su manera, ¡que todavía está aprendiendo! Y te diría que también me roba el corazón, pero ese lo ha robado hace mucho ya.
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1 comentario:
No me digas donde vivis que te lo robo...
No, pero enserio, es precioso.
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