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sábado

No me beses pero tampoco dejes de hacerlo, ¿eh?

Abrió la puerta del taxi rápidamente, el frío que hacía fuera la hacía sentirse bien, pero tenía ganas de llegar a casa y poder meterse en cama. No podía negar que se había pasado mucho, eran las seis de la mañana y hacía horas que debería estar en casa, además de que si sus padres se enteraban de lo borracha que estaba se pasaría mucho tiempo sin ver la luz del sol. Él entró detrás, cerrando fuerte la puerta y diciéndole al conductor a donde tenía que ir, echando por tierra la distancia que ella intentaba poner entre ambos. Le pasó el brazo sobre los hombros y con suavidad la empujó hacia él, con un susurrado "Apóyate, que no estás bien", y bajando el brazo a su costado, acariciándola en círculos.
- La mano quietecita, que nos conocemos...
- Shhh, duerme un poco si quieres.
- Claro, que me vas a dejar dormir...
Y la apretó más contra él. ¿Qué coño estaba haciendo? Nunca se había llevado bien con él, y no quería volver a repetir el error de estar con él, pero se estaba tan bien allí apretada entre su mano y su cuerpo... Y se relajó, dejándose llevar. Y la mano pasó al comienzo del pecho, por el escote, como pequeñas hormigas acariciando su piel. Le miró y sonrió, llamándose estúpida por lo bajo por lo que estaba haciendo.
- ¿Sabes que antes de que yo me baje del taxi me darás un beso, verdad?
- ¿Y si no te doy, que harás, bonito?
Y la mano quedó quieta en su canalillo, mientras el se movía para quedar aún más pegado a ella, acercándole su boca y comenzando a besarla. Nada de besos románticos ni bonitos, un beso de esos que te pasas toda una noche de fiesta esperando, de esos que saben a proposición de sexo, que las lenguas parecen espadas en pleno combate. Y así hasta que el taxi llegó a la casa de él, y el beso y las proposiones y las caricias y los calores se acabaron al bajarse él. Y mientras el taxi arrancaba hacia su casa, cerró los ojos y sonrió llamándose idiota. Porque mira que él era gilipollas y que nunca en su vida le había logrado aguantar, pero menuda manera de besar se gasta.


PD: Llevo un par de días sin tiempo
para pasarme a mirar los blogs, no os
penseis que os he olvidado, ni en
broma, me pasaré durante estos días
a ver que sorpresas me encuentro.

8 comentarios:

Lia S. dijo...

se llamaba idiota a voces, pero en susurros sabía que era afortunada...
menuda entrada! escalofríos me han dado...
la adoro!

Lucía dijo...

Me encanta, esos gilipollas inaguantables e irresistibles...Que remedio jajaja :) increíble =)

Lacasito dijo...

solo puedo decir "woo" *.* gran relato! me gusta tu blog >.< te sigo!

saludos :D

Mayra dijo...

qué tíiiiiiiiiio

Bytheway dijo...

jiji me encanta el texto!
te sigo :) un besito

MsBrightside dijo...

A veces nos encanta ser tan idiotas :)

Alasdepapel dijo...

guauu. Me encanta y que cierto es todo eso de los besos irresistibles, son besos que por más que lo intentes no puedes dejar de dar,aunque te sientas como una gilipollas después.

taperwere dijo...

menuda entrada mas crema, me gusta mucho!
u saludooooooo