espiral contagiosa y voraginosa del dolor.

- Hazme el favor y vete.
- No... no quiero.
- Que te vayas, joder!
- Mientras te sigas comportando como una cría, no me iré.
- Muy bien, pues me voy yo! -Dijo casi gritando, dándose media vuelta y comenzando a avanzar por el pasillo, dirección a la puerta. Él la acorraló en la pared, posando sus manos en sus mejillas para que no pudiera apartar la vista de él.
- Te piensas que largándote así vas a solucionar algo?
- Al menos me piraré y pasaré de todo, vale?

Y ya no pudo hablar más, porque él la besó con fuerza, sin darle tiempo a reaccionar. Al principio, intentó resistirse, hasta que calló en la tentación y correspondió sus besos dejándole desnudarla poco a poco y llevarla hacia el sofá.
Las ideas de marcharse desaparecieron al ritmo de sus besos, los problemas se desfragmentaron con su toque, y todo se borró de su mente cuando hicieron el amor. Porque es verdad lo que se dice, el sexo, cuando se ama, no es solo sexo. Aunque a veces haya que discutir para conseguir averiguarlo.