#

sábado

No todos los cuentos son de princesas.


Erase una vez una pequeña niña que estaba perdida. Pero no creas que estaba perdida en un bosque, o en una ciudad inmensa. Esa pequeña estaba perdida en sus propios pensamientos, y en sus sentimientos, que la ahogaban sin compasión. Siempre había sido así, esa niña era muy sensible, aunque se hiciese la fuerte, y siempre dejaba que el más mínimo problema se convirtiera en una montaña. Y un día, así de la nada, apareció ese niño que consiguió borrar la mayoría de sus males. Era un niño alto, moreno y con unos ojos verdes que, de algún modo inexplicable, consiguieron entrar hasta el interior de ella en una sola mirada. Fueron momentos… mágicos. Cada abrazo era un millón de sonrisas para ella, cada beso robado en la mejilla era un escalofrío que le recorría, y que parecía eterno. Él la hacía sentirse bien, tenía el poder de tranquilizarla. Y aunque le llamase pequeña, ella a su lado se sentía enorme, poderosa, bien.


¿Pero cómo alguien como tú puede pasarlo mal el fin de semana que se hace mayor?¿Pero ves esto justo? Porque yo no. No veo justo que alguien como tú, que se merece TODO menos estar mal o que la hagan daño, este así. Mira, la verdad, no sé muy bien que decirte, no es que me dé pereza responder o que me importes poco y no lo vea necesario. Pero tengo un sueño terrible y tengo miedo de responder algo que no te ayude. Porque ese sería el peor castigo para mi, que te dijera algo que te hiciera todo peor. Pero aun ahí ten claro una cosa, NUNCA, lee con atención, Nunca me vas a decepcionar ni me voy alejar de ti. Venga, ¿Cuántas veces te voy a tener que decir que esto es infinito? Que no vamos alejarnos, lo prometo. Si algún día veo que pasa, te juro dejar todo para ir a tu lado y arreglarlo. Gracias por contarme todo, la verdad, quería saberlo, porque al leer me e sentido como si estuviera ahí, en cada momento, mientras te regalaban las orejitas de conejo, o con el champán, o las fotos del ramo de flores o al leer la felicitación. Me e sentido como si hubiera pasado todo este tiempo contigo y hubiera vivido lo que me has escrito a tu lado. Mientras cumplías tus dieciocho años, mientras sonreías o llorabas de felicidad. Y no, no quiero que este puto fin de semana se haya convertido para ti en algo horrible por culpa de un niñato que se a tomado esto como un puto juego más. Tú te mereces mucho más, ¿Por qué? Porque eres de las mejores personas que existen aquí y fuera de aquí. Lo tengo claro. Quiero que sonrías, sin razones, sonríe. Porque acaba de perder a alguien increíble y ya nunca más la va a recuperar porque él es mortal y tú eres mucho más que eso. Sonríe, aunque solo sea por mí, pequeña. Te quiero más que a nada y más que a todo. Siempre.


Pero, los cuentos no tienen un final feliz, aunque así nos lo hagan creer. Los finales existen, los hay mejores o peores, pero nunca felices. Tiempo después de haberse conocido, comenzaron los celos. Ella se mentía a si misma diciendo que lo único que pasaba era que tenía miedo a perder a su amigo, pero era mucho más. Tenía celos del aire que le tocaba, de las sábanas que le arropaban de noche, de toda persona que se le acercase. Poco a poco se alejó de él, porque sabía, en su pequeño interior, que todo se volvería insoportable, que ellos dos no eran más que amigos, casi hermanos, no podían ser nada más. Y si, le perdió. De la peor forma posible. Porque él no se fue de su vida, él sigue aí, esperando siempre por ella. Y todo se ha vuelto una obsesión. La pequeña niña ahora está más perdida que nunca, porque sus sentimientos ya la han ahogado, ya le han hecho perder la razón. No puede alejarse de él, a pesar de sus muchos intentos y de sus muchas lágrimas en noches oscuras. 


Joder Fátima, ¿Sigues sin entenderlo? Nunca me vas a perder, pase lo que pase, siempre voy a estar contigo porque te quiero, por encima de todo, de cualquier pero. Te quiero como eres, como me tratas, como me haces sentir. Te quiero, por ser toda tú. Y no quiero que nunca más pidas perdón, nunca y por nada. 
Eres una de esas personitas que entran en tu vida por casualidad, por un despiste, sin querer y te ayudan, te aconsejan, te animan y se meten en tu pequeño y quebrado corazón sin más. Fácil de hallar, difícil de conservar. Sé que nos hemos hecho daño, que los dos hemos intentado controlar la vida del otro. Quizá lo mío es egoísmo. No quiero verte mal, no solo por lo mucho que me importas y el asco que me da verte sufrir e intentar disimular que estas bien, cuando no lo estas. También porque sé que si tu estas jodida, yo también lo voy a estar y no quiero rayarme pero no puedo, no puedo ignorar lo que te pasa, no puedo no involucrarme en tus problemas, porque para mí, siempre serán también míos. A eso se le une lo de que te quiero más que nada y tú lo sabes. Sé que es difícil perdonar todas mis cagadas y que hay que tener paciencia para poder aguantarme pero hicimos algo grande juntos, nos hemos querido como nadie y eso nunca cambiara. Porque cada pequeña sonrisita tuya me hace grande, leer cada una de tus palabras siempre es perfecto en cualquier momento o lugar, reírnos por todo y por nada con todas nuestras chorradas me hace olvidarme de cualquier problema y conseguir animarte para mí es un regalo más. Nosotros, los de siempre, no somos los mismos y no estoy feliz por haber perdido lo que antes nos convertía en personas pasotas y fuertes ante todo, pero mi mirada siempre encuentra en ti algo por lo que luchar. Ya no nos salen las sonrisas sin más aunque todo vaya mal y mi corazón, mi corazón ya no está conmigo. Aun así, sigo sonriendo cuando escucho tu nombre por la calle, no por nada en especial, solo porque a nadie se le daba tan bien hacerme sonreír. Tantas veces caemos, nos levantamos y tropezamos de nuevo, pero ahí está esa persona que te coge de la mano, aunque ya lo haya hecho diez mil veces antes, gracias a esa persona intentas ser mejor, esa es la que no siempre valoramos, y cuando se va… es la que echamos de menos y yo voy a echarte de menos cada día que pase y se que tu también lo harás y te pido perdón si alguna vez me olvide de ti o no te escuché cuando lo necesitabas pero no pienso pasarlo mal mas, te lo prometo, no pienso caer nunca vas porque seguiré hacia delante que aún queda demasiado camino por recorrer. Solo te pido que si te vas, te cuides muchísimo y no olvides que aquí te esperara un amigo para y por siempre.
Por haberte conocido ese día, te doy las gracias, por haberme dado tanto, por haber confiado en mí, por fallarte alguna vez y saber perdonarme, te doy las gracias... Por estar conmigo, por sentirte a mi lado, por preocuparte por mí, por pensarme, gracias, por acordarte de mí, por protegerme, por darme calor, por tus abrazos, gracias por tus más de un millón de besos, gracias intentarlo, por confiar, por luchar, por combatir, por tus miedos, por no desconfiar, por aprender, por vivir, por hacer desaparecer mis defectos y hacerme sentir alguien gigante, gracias. 
Cuídate, cuida a tu familia, cuida tus estudios, cuida lo que merece la pena, cuida lo que no lo merece, cuida los buenos momentos, y los recuerdos, cuida a todo el que lo necesite, cuida como eres y nunca cambies. Nunca lo pierdas, cuídate.


Relee las dos únicas cartas que conserva de él casi cada noche, mientras se pregunta como pudo llegar a estropearse todo, aunque en su interior sabe que fue culpa suya, tal vez por sentir, o tal vez por callar. Si le preguntas, te dirá que le quiere, pero en realidad, no sabe lo que siente, es tanto lo que ha llegado a sentir, que ahora todos los sentimientos que anidan en su interior no son más que meras sombras, y no llega a distinguir lo real de lo irreal. Pobre niña perdida, que nunca más podrá volver a encontrarse.
Porque los mazapanes parece ser que solo se pueden degustar en navidad.

1 comentario:

la chica de los lacasitos dijo...

Odio los ''no cambies, cuídate''.
No, no todos los cuentos tienen un final feliz... y eso nos lo podrían advertir de pequeñas, cuando nos construímos historias mágicas, dulces y multicolores. Al menos espero que se encuentre... sin él, pero con ella. :)

Ast!
mi pequeño cada día habla mejor castellano... y es un niño muy bueno, aunque a veces un bicho (eso es genial), y tú cosita? ains, que par de hermanazas estamos hechas ^^

mimodeazúcar!