Te quiero hermano.
martes
Anchoas sentimentales.
¿Has llorado alguna vez de la simple felicidad por querer a alguien? Llorar por como un sentimiento puede irse haciendo grande poco a poco, por un simple roce de la piel. Pensarle y llorar, que tus ojos se inunden como si alguien hubiese abierto una brecha en el corazón y no pudieses parar de sentir. Que su sonrisa te hace ponerte tonta, como si no pudieses mirar otra cosa, y que cuando una de sus manos alcanza tu mejilla, es como si el mundo se acabase, como si explotaras de felicidad.
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1 comentario:
¡Pasate por mi blog! Tienes una sorpresa ;)
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