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miércoles

Meses de vacío llenos en minutos.

La sonrisa al llegar, acompañada de un coro de voces, por tardona. Deberían acostumbrarse a que parece que la puntualidad no es lo mío, que el tiempo siempre corre en mi contra. También yo debería acostumbrarme a escucharlas reirse suavemente de mi. "¿Qué quieres?" Y le contesto que con una Cocacola me basta, antes de acercarme a darles ese abrazo que tanto extrañaba. Mmm, reconozcámoslo, no echaba de menos el abrazo. Echaba de menos su presencia, sus caras mirándome y riéndose de todo y de nada. Y ahí empieza el verdadero momentos, los minutos de rapidez que parecen segundos que corren a contracorriente. Cotilleos, risas, exclamaciones de asombro... recorren el espacio entre nosotras sin entrecortarse, descubriendo cosas que llevábamos tiempo sin comentar. Y ahí, precisamente en ese momento, me doy cuenta de algo. Para querer con locura a alguien, solo necesitas cinco minutos de tu tiempo, que son los que llegan para llenar un vacío de muchos meses de ausencia. Después vienen las risas máximas, las fotos haciendo el estúpido, y sobre todo esa despedida. ¿Convencional? Creo que ellas mismas saben que el corte de mangas puede significar un Os quiero con locura, y os echaré de menos, chiquitas.

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