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domingo

Llevo todo el día echándome a llorar cada vez que estoy sola y retocándome el rímel a las prisas para que nadie se de cuenta. Intentando no sollozar mucho para que no se me escuche y nadie pregunte y no tener una respuesta que darle. No sé ya cuantos pañuelos de papel he dejado negros y tirados en la primera papelera que he encontrado. Es uno de esos días en lo que todo me afecta muchísimo más que otros días, que parece que llego al tope de mis límites y que no puedo más. Y simplemente se me pasa por la cabeza 'que mañana no sea así, que mañana sea un poco más fuerte que hoy' y vuelvo a dejar los pañuelos negros. Y ahora es el momento en el que extraño algo que ni yo misma sé que es, que quiero algo que no sé identificar y que me duele no tenerlo.

O simplemente hoy es un día en el que tengo muchísimo gilipollismo en el cuerpo y me vuelvo más estúpida de lo que soy. Todo puede ser.

1 comentario:

Cris* dijo...

A veces es bueno tener un día de llorera incomtrolable, te purga, sacas la mierda fuera. Y animo que por suerte en esta vida nada dura y menos las penas. Un beso guapa.