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sábado

Lacito con una c, de corazón. [El mío que ya es tuyo.]

Tengo dos lacitos con dos c colgadas, rosas, y he perdido mucho más, conseguidos con mi ropa interior, y veo como sonríes cuando te lo cuento, tus ojos se abren como si no quisieras perder detalle. Y después... todo se vuelve confuso, pero real, la atracción puesta en el momento, el resto difuminandose, como un cuadro en el que el pintor solo quiere destacar lo esencial, tú y yo. Labio contra labio, y los nervios a flor de piel. Intentando hablar, pero las palabras se olvidan cuando las manos empiezan a volar por los cuerpos, dejándolo todo en susurros sin sentido, que aún maxificaban el momento. Miedo al descontrol, pero ganas de perder el sentido, como si el mundo no fuese mundo si el momento no existiese. Y aquí seguimos, solo en el nerviosismo, dejando tiempo para la siguiente fase, esa de la que tanto miedo tenemos, la fase de enamorarse y no dejar de caer en eso.


3 comentarios:

galmar dijo...

Jo! Qué lindo:))

la chica de los lacasitos dijo...

pero enamorarse es una aventura, y vale la pena arriesgarse... hacer el amor como si se fuese a acabar el mundo, y después quererse como si os quedará un infinito.

Bella.
:*

Patricia Bukowski dijo...

La foto me encanta, pero no tanto como el texto :)